Henri J. M. Nouwen acerca a la realidad angustiada del hombre y de la mujer de hoy la promesa del gozo completo, la morada del amor. Un gozo y un amor caracterizaos por tres signos: la invitación del evangelio a la intimidad, como comunión con Dios y relación con los demás: la exhortación a la fecundidad, para estar abiertos al cambio y al crecimiento; y la experiencia de éxtasis, como promesa evangélica de que el gozo será completo.