En tiempos de nueva evangelización, no andamos sobrados de modelos en los que inspirar una profunda renovación misionera. Da la impresión de que se habla más sobre el cómo o a quién evangelizar que de quienes evangelizan; parecería que la problemática que emana de la misión evangelizadora de la Iglesia se centre en el método, las expresiones. La cuestión crucial sigue estando en si los evangelizadores están suficientemente evangelizados.
Traer a la memoria la actuación evangelizadora de Pablo podrá iluminar, motivar y acompañar la tarea de los enviados hoy a evangelizar. La elección de Pablo como modelo e inspiración de evangelizadores está más que justificada. La comunidad cristiana ha identificado a Pablo como el apóstol por antonomasia y «modelo de evangelizador».