El don de la oración requiere un aprendizaje largo, una entregadisciplinada y un amor probado a quienes nos rodean. Es cierto quemuchos interrogantes quedarán siempre abiertos, pero también lo es que la plegaria ensancha y unifica la acción y la contemplación deldiscípulo. Quien se atreve a seguir a Jesús en su oración estápersuadido de que recibirá el don del Espíritu, que convierte la vidaen ofrenda sacerdotal al Padre. Por ello, no duda en ponerse a lospies del Maestro para asistir a su escuela e iniciar un camino deplenitud y compromiso en favor de los hermanos. El libro aborda temascomo la oración en la historia del pueblo de Dios, la súplica comoitinerario de personalización, la oración de Jesús, a Jesús y anteJesús, la contemplación en la vida discipular y los criteriosfundamentales para conocer el estado real de la propia oración.