Muchas de nuestras preocupaciones e inquietudes se deben a que no somos consecuentes con esta gran verdad que profesamos: «Creo en Dios Padre Todopoderoso».
Estas reflexiones, escritas casi a vuelapluma, pretenden ayudarnos a vivir de acuerdo con lo que creemos, como verdaderos hijos de Dios, firmemente convencidos de que Él se preocupa más de nuestra felicidad de lo que nosotros mismos podemos pretender, y de que amar su Voluntad es el secreto para ser felices en la tierra.