Cristo no sólo está vivo sino que sale a nuestro encuentro y en sucarne gloriosa nos «toca» y nos cura todas las heridas y nos concede«vivir en Él». Esta es la realidad increíble que el Padre Mendizábalanuncia constantemente a través de sus meditaciones, ejerciciosespirituales, conferencias, escritos, etc. ¡Cristo está vivo! ¡Nos haamado infinitamente con un corazón humano! ¡Venid a mí todos los queestáis cansados y os aliviaré! (Mt 11,28- 30). Él no sólo esconsciente de nuestra contemporaneidad con Cristo sino sabe que «elcorazón» es el núcleo de este misterio de Amor, el centro hacia dondedeben confluir todos los anhelos humanos: corazón amoroso, corazónsensible, herido por nuestros pecados e infidelidades. Su luz potenteanima a los esposos a vivir en el don de sus personas en el lenguajedel cuerpo. Esta misma lógica del don de sí despierta almas enamoradas que consagran su vida para reparar, consolar e interceder por todos,enamoradas del corazón de Cristo.