Todo lo que hagamos en torno a la Palabra de Dios debe estar «al servicio» de la misma Palabra de Dios y al servicio del crecimiento del Pueblo de Dios. Esta propuesta de homilía está pensada para prepararse espiritualmente a la celebración del Día del Señor. Antes de ser un servicio para los predicadores, pretende ser un servicio para todos los fieles, un servicio «de» predicación de la Palabra.
Cada domingo se organiza en torno a estos ejes: «Habla la Palabra», unos subrayados sobre las lecturas buscando un hilo conductor único. «Habla el corazón», el objetivo es provocar que «hable el corazón». Solo lo puede provocar el catequista o el predicador que comunica de corazón a corazón, que ha hecho suya la Palabra. «Habla la vida», una imagen atractiva o un hecho hace que el mensaje se guste y despierte un deseo o motive la voluntad en «la dirección del Evangelio» (EG 157).