Comienza con un diálogo filosófico que revela que la fe no es absurda pero necesita de interiorización. Hacerse personal. Y en esta búsqueda, desgrana las razones para creer. Sostenidas en la familia y la formación, Erdozáin reflexiona, de forma razonada y convincente, sobre la plausibilidad de la fe en Dios y, en concreto, de la opción cristiana.