La vida interior no crece si se basa sólo en el propio perfeccionamiento. La ascética cristiana descansa sobre un principio divino: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas".
Otros libros del autor
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información