El 12 de noviembre de 1627 nace en Burgos Diego Luis de San Vítores. El 25 de julio de 1640 ingresa en la Compañía de Jesús. El 15 de mayo de 1660 embarca para las Filipinas. El 16 de junio de 1668 llega a las Islas Marianas. El 2 de abril de 1672 es asesinado en el desempeño de su misión. El 6 de octubre de 1985 es beatificado en Roma, junto con otros dos jesuitas: el P. Rubio y el Hno. Gárate. Al cabo de tres siglos, la Iglesia recupera la memoria de uno de tantos hijos suyos que han dado la vida por hacer realidad el encargo de Jesús de anunciar el Evangelio a toda criatura. Hasta los confines de la Tierra marchó Diego Luis, siguiendo el impulso del Espíritu, para dar todo cuanto tenía, incluida su propia vida, por acercar el Reino de Dios a nuestro mundo. De este modo, su figura se prolonga y adquiere vigencia en una Iglesia que sigue viviendo día a día del Espíritu que el Señor nos ha enviado y alienta en tantos hombres de nuestra época que, como Diego Luis, asumen su vida -y por tanto su muerte- como una participación circunstanciada históricamente en la Pascua del Señor.
