GOBERNAR ES SERVIR. ENSAYO DEMOCRACIA MEDIEVAL

GOBERNAR ES SERVIR. ENSAYO DEMOCRACIA MEDIEVAL

ENSAYO DE DEMOCRACIA MEDIEVAL

16,00 €
IVA incluido
Disponible en 2 días
Editorial:
ARANTZAZU EDICIONES FRANCISCANAS
Año de edición:
Materia
Arte e historia
ISBN:
978-84-7240-311-6
Páginas:
340
Colección:
SIN COLECCION
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Los santos medievales –los verdaderos, aquellos cuyas vidas se hacen presentes en Biografías, y no aquellos cuyas leyendas, por falta de información, sólo son ornamentos vacíos– multiplican las conductas antisociales, pero ellas mismas constituyen su aureola, los consagran y los colocan en la cima. La Edad Media es una sociedad en la que la brecha entre poderosos y humildes es abrupta. Una sociedad basada en la dominación todavía visiblemente ligada al arte de matar o, al menos, de derrotar al oponente. Un tiempo en el que el saber abre otra brecha, que parece insuperable, entre sabios y sencillos. Un mundo de emperadores, reyes, príncipes, condes , caballeros; y en su rama clerical, surgida de las mismas raíces, con sus papas, cardenales, obispos, abades y canónigos, que no tienen nada que envidiar a sus hermanos laicos en cuanto a pompa y riquezas. Pero todos, poderosos y humildes, doctos y simples, clérigos y laicos, pueden comulgar de pronto en torno a una misma devoción a alguien con pies descalzos que ha denunciado la violencia como un insulto a la creación, el poder como ceguera, el dinero como lepra, el saber como vanidad. Un santo no a pesar de eso, sino precisamente por eso. Esta cuestión de la inversión de valores podría parecer anecdótica, puntual, pero es una cuestión estructural que caracteriza el milenio medieval. Más que malestar social o revoluciones políticas, hay reformas religiosas que se efectúan en nombre del Evangelio.

Jacques Dalarun nos ofrece en esta obra su reflexión personal y argumentada sobre el ejercicio de la autoridad en algunas comunidades religiosas medievales. El estudio se centra en la institucionalización de estas comunidades que, a partir de formas de agregación espontánea de penitentes sin distinciones de estatus se convierten gradualmente en micro sociedades en las que es necesaria una distribución de roles y responsabilidades. En los siglos XII y XIII, Domingo de Guzmán, Francisco y Clara de Asís, entre otros, inventaron una forma de gobernar realmente asombrosa. Según estos, el que está al frente de una comunidad tiene que hacerse el servidor de aquellos a quienes guía. Era un deber de humildad perfectamente codificado. Se dan escenas realmente llamativas donde los reformadores del Medioevo abajan a los poderosos para exaltar a los humildes, despojándose para ello de toda traza de poder.