La relación entre laicos y religiosos no es un fenómeno nuevo en la Iglesia, pero sí es nuevo el "ecosistema" eclesial en que se producen hoy esas relaciones, y eso lo cambia todo. Unos y otros han de someterse a un proceso de conversión y cambio de actitudes.
En la Iglesia-Comunión, religiosos y laicos nos unimos para compartir la única misión eclesial. Al vivir esta experiencia hemos redescubierto con sorpresa los carismas fundacionales, dones del Espíritu a su Iglesia: ellos aparecen como lugar de encuentro. Cada carisma fundacional es una expresión de la comunión para la misión que representa la Iglesia misma.
Los carismas fundacionales ya no quedan encerrados en las Órdenes y Congregaciones religiosas a las cuales han dado origen, sino que se ofrecen a todos los fieles como caminos para vivir el Evangelio, y así generan las nuevas Familias carismáticas o evangélicas. Cada una de ellas es casa y escuela de comunión que reúne a laicos, religiosos y sacerdotes en el mismo carisma para compartir la misión, para mostrar juntos a la Iglesia y a la sociedad un rostro peculiar del Evangelio.
Con la Familia evangélica como horizonte, el autor desarrolla los fundamentos de la nueva relación entre religiosos y laicos, señala los retos que ésta plantea y propone itinerarios formativos para compartir en profundidad carisma y misión.
