«¿Cómo ha tenido lugar la redención del mundo? ¡A través del sí de la voluntad humana de Cristo a la voluntad del Padre! Ahora bien, es impresionante que el “sí” de la voluntad humana de Cristo al Padre tuviese el “sí” de María como modelo; al igual que es también un misterio insondable que el “sí” de Cristo al Padre haya dado a luz nuestros “síes”, completando en nuestra carne lo que falta a la pasión de Cristo. El Redentor del mundo nos ha asociado a su redención hasta el punto de hacernos, no solo receptores pasivos, sino participantes activos del misterio de la misericordia divina. Esto nos conduce a una pregunta que los místicos se cuestionaron, cada uno a su manera: ¿Cuál es el mayor de los dones: ser amados por Dios incondicionalmente, o que Él nos permita amarle sobre todas las cosas?» (Prólogo, Mons. JOSÉ IGNACIO MUNILLA).