La poesía es un arte capaz de encarnar ideas, sentimientos y experiencias haciendo más bella la palabra. Cuando ésta se convierte en instrumento para la vida y el compromiso, al servicio del Evangelio y los más desfavorecidos, adquiere un valor añadido. Pedro Casaldáliga es una de esas personas privilegiadas que han sabido realizar esta simbiosis avalada, además, por un testimonio de vida ejemplar para toda la Iglesia. Obispo de Sao Félix de Araguaia, en Brasil, durante años, ha sido conocido y reconocido como una de las personas que ha sabido encarnar la teología de la liberación. No es difícil dejarse seducir por sus poemas. Es lo que le ha pasado a Fran, autor de la música de este disco. En él encontramos quince canciones que mantienen la clara intención de ayudarnos a interiorizar y desmenuzar un Evangelio hecho opción por los más pobres. Es un acierto, además de una labor nada fácil, complementar con música esta poesía. Vivamos de esperanza es fruto de esta inquietud, madurada a lo largo de varios años y experiencias compartidas. Una producción sencilla pero profunda y cuidada en la que abundan los temas con pocas pero selectas frases de Casaldáliga, a quien podemos escuchar recitando sus propias palabras. Él mismo valora esta simbiosis: “Nos negamos a la depresión y al silencio. Por eso cantamos. Y cantamos proclamando nuestra esperanza, contra toda esperanza…”. Las canciones de este disco, que van desde las melodías más serenas (Jesús crucificado) hasta los ritmos más movidos (Mi cuerpo es comida), agradables de escuchar, apropiadas para orar, fáciles de cantar y pensadas para mover conciencias, pueden ayudar a todos a vivir con más claridad, esperanza, fuerza y buen ánimo.
